Siempre decimos que a la hora de analizar un móvil hay que ponerse en la piel de aquellos usuarios a los que se enfoca dicho móvil. No es lo mismo probar un smartphone de gama alta que uno de precio contenido, del mismo modo que no es lo mismo conducir un utilitario que un deportivo.

Este símil es más válido que nunca dado que estamos ante el análisis del smartphone más caro que ha pasado por el blog, el Huawei Mate RS Porsche Desing.

Huawei lleva unos años colaborando con la famosa casa automovilística y en esta ocasión hemos podido probar este modelo, una variante del Huawei P20 Pro que no obstante se diferencia en algo más que el logotipo trasero y el tema estético instalado.

Lujo y exclusividad

No será este un análisis al uso porque en esas reviews lo que buscamos es explicar qué opinamos de un terminal y, en última instancia, si merece la pena o no comprar un móvil.

Si alguien se plantea comprar el smartphone que probamos hoy sabemos que no serán las especificaciones el motivo que lo haga dudar, ni siquiera su precio. Los dos modelos de este terminal cuestan 1695 y 2095 euros.

¿Merece la pena pagar dos mil euros por este móvil? La respuesta es la misma a si merece la pena pagar 70 000 euros por un Porsche. Nadie se compra un coche de esa marca porque le haga falta un vehículo para hacer algo, del mismo modo que nadie se comprará el Mate RS porque necesite un móvil.

Esto es algo que va más allá, que nos podrá parecer ben o mal pero que no podemos medir con la misma vara que el resto de móviles. Está más cerca de la esencia de los famosos Vertu que de los Huawei más caros.

La ansiedad de ir por la calle con un móvil así

Cuando abrí la caja me di cuenta de que la funda que estaba en la misma no era la adecuada para este móvil. Un pequeño fallo que me ha hecho estar usando un móvil extremadamente caro sin funda durante tres semanas.

La sensación de usar un terminal así es bastante angustiante en tanto que me daba pavor que se me cayera, que lo perdiera o me lo robaran. Está claro que para adquirir un móvil de esta categoría tienes que estar acostumbrado a tener dispositivos costosos.

Es por eso que el precio en sí mismo no es un inconveniente dado que el potenciar comprador de este móvil no reparará en que cueste doscientos o trescientos euros más o menos.

Las mejoras de hardware acompañan

Estar unas semanas usando un terminal como único móvil te pone en posición de ver si algo se echa en falta o no. En mi caso uso como móvil principal un Huawei P20 Pro con lo que el salto al Mate RS era interesante para ver si me dejaba algo por el camino o si ganaba algo.

Teniendo en cuenta que el móvil cuesta el doble sería interesante ver si todo ese incremento de precio se iba en marca o si había algo novedoso.

En el análisis del P20 Pro ya os contamos qué opinábamos de este modelo y aquí vamos a incidir expresamente en las diferencias con él.

Lo primero que llama la atención es la pantalla ya que usa un panel con tecnología OLED pero que en vez de tener notch apuesta por ir de lado a lado sin recortes. Eso sí, la resolución llega al 2K y la pantalla se curva en los laterales como los Galaxy S de los últimos años. La calidad es buena pero me ha dado la sensación de que la respuesta táctil en las curvas no era tan buena como en el centro, sobre todo a la hora de jugar.

También hay diferencias en el sensor de huellas, o mejor dicho, los sensores de huellas. Este es el único móvil del mercado que cuenta con un sensor de huellas en la zona trasera, como tantos Huawei, y otro en la delantera, bajo la pantalla. El trasero funciona correctamente y es muy rápido mientras que el delantero es más espectacular pero también más lento. No obstante me he encontrado usándolo más que el trasero porque era más cómodo. La posición del mismo y el que se iluminara la pantalla en él al cogerlo invitaban a ello, aunque tuviera desbloqueo facial.

La otra gran diferencia es la memoria interna ya que este dispositivo cuenta con 256 GB y 512 GB de almacenamiento interno, algo que lo separa de la mayoría de modelos. Es cierto que los usuarios rara vez necesitaran esa memoria, pero al igual que la RAM, de 6 y 8 GB, se agradece que Huawei no se haya quedado corta subiendo las especificaciones.

El resto del terminal

Por supuesto, hemos probado el terminal a fondo como el resto de móviles que pasan por nuestras manos. El resultado ha sido el mismo que tuvimos con el Huawei P20 Pro.

La batería de este dispositivo es de 4000 mAh y ese amperaje hace que no nos tengamos que preocupar del consumo, a lo que ayuda la resolución inteligente de la pantalla.

En las pruebas que hemos hecho hemos estado jugando, haciendo fotos, hablando por teléfono. En ocasiones hemos estado más tiempo en Wifi y en otras nos hemos ido de viaje, con los cambios de cobertura que eso implica.

Hemos obtenido entre 4 y 6 horas de pantalla, con un total de entre 24 y 36 horas totales. El caso más desfavorable implicaba cobertura variable, uso de juegos exigentes y pantalla con un brillo al máximo, es decir, lo peor para la autonomía.

La cámara, de nuevo, es la mejor que hemos analizado en tanto que es la más versátil y la que más opciones tiene. Es cierto que en ocasiones la inteligencia artificial fuerza demasiado los colores, pero siempre se puede desactivar.

El acabado y los materiales nos recuerdan más al Mate 10 que al P20 Pro y aunque es grande por tamaño no se hace demasiado incómodo en la mano.

Conclusión

Comprar o no este móvil es una decisión mucho más sencilla que en el caso de otros modelos analizados. Aquí no importa el precio, dado que se enfoca a un tipo de usuario al que eso le da igual. No importan las prestaciones, dado que no falla en nada.

Este smartphone es un objeto pensado para aquellos que valoran la marca Porsche, el diseño y además quieren prestaciones a la altura no de lo esperado, sino de todo lo posible actualmente.

Por descontado este móvil no destaca en relación calidad-precio, tiene rivales en su propia casa y no se venderá como los demás gama alta. Pero todo eso da igual. Es un smartphone que destaca y es mucho más icónico que el resto de los que podemos comprar de forma convencional.

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