¿Alguien recuerda cuando íbamos de viaje y sólo llevábamos la típica guía del país, una cámara colgando del cuello y la mochila hasta arriba de cachivaches? Seguro que no: a pesar de que muchas cosas no han cambiado para los más viajeros, sí que hay un objeto que ha revolucionado completamente los viajes: el smartphone. Porque no podemos negar que este inventazo puede solucionarnos la vida en un país extranjero, permitiendo que sepamos por dónde movernos gracias al uso de su GPS con mapas precargados, podremos hacer fotos tranquilamente y compartirlas justo en ese momento en el que conseguimos robar algo de WiFi, podremos llamar a nuestros familiares sin coste utilizando esa misma WiFi… Vaya, que un smartphone nos es de muchísima ayuda. También cuando no tenemos ni idea de lo que nos dicen cuando nos paramos a preguntarle a un lugareño.
No importa si sois habituales de la viajes al extranjero o si sois de aquellos que no sale del barrio: llevar una aplicación en el móvil tan práctica como lo es Google Translate o traductor de Google es un pequeño salvavidas cuando nos tropezamos con una frase o palabras escritas en otro idioma que necesitamos traducir a nuestra lengua. Y se trata de una de las Google Apps más actualizadas, habiendo variado tanto desde sus primeras versiones que ahora hasta traduce texto en tiempo real introduciéndolo sobre el original utilizando la realidad aumentada. ¿Os imagináis lo que supone esto en la viajes? Pues vamos a aprender a utilizar en profundidad Google Translate para Android.
Lo primero es lo primero: debemos tener instalado Google Translate en nuestro móvil o tablet. Y, dado que es una Google Apps, es muy probable que ya os viniese dentro de vuestro dispositivo, por lo que no os tendréis que preocupar de mucho más. Y si no, basta con que acudáis a la Google Play Store siguiendo el siguiente enlace: es una aplicación apta para cualquier Android. Y muy recomendable, os lo aseguramos.
Interfaz de uso de Google Translate
El aspecto del traductor de Google ha ido evolucionando con el tiempo, encontrándonos actualmente con que se ha apostado por Material Design ofreciendo un funcionamiento mediante tarjetas de Google Now. Así, dispondremos de distintas sugerencias acumulando las traducciones ya realizadas en sucesivas tarjetas; por lo que podremos acudir a ellas haciendo scroll en la ventana principal.
Se ha apostado por la sencillez en todo momento, disponiendo de una zona superior en la que podremos seleccionar los distintos idiomas (de origen y al que se traducirán los elementos), una casilla central en la que introduciremos los elementos a traducir y el timeline mencionado donde acumularemos las traducciones a modo de tarjetas. Dichas tarjetas las podremos eliminar moviéndolas a izquierda o derecha, limpiando así el historial de traducciones para que nos resulte más práctico el movernos sólo entre las traducciones imprescindibles. Porque ya os lo podréis imaginar: perder un texto traducido puede suponer una pérdida de tiempo notable.
Hemos de fijarnos en que la casilla de inserción dispone de tres iconos inferiores: foto, voz y mano alzada. Hablaremos de ello más adelante, pero daremos unas pinceladas ahora: además de introducir texto para traducir, Google Translate para Android nos permite obtener traducciones usando capturas de imagen, utilizando la voz como base o, yendo un paso más allá, podremos escribir directamente en pantalla para que así el traductor utilice como base nuestra letra. Como veis, la evolución de la app y del servicio ha sido más que notable en estos últimos años, introduciéndose mejoras que van encaminadas a facilitar el uso justo cuando más hace falta: en los viajes y en aquellos momentos en los que nos hablan y necesitamos saber lo que nos dicen. Aunque eso no quiere decir que el uso básico se haya menospreciado.
Funciones básicas: introducir texto y traducirlo
Llevamos haciendo toda la vida esto en el ordenador, así que la app móvil no iba a menospreciarlo. ¿Que queremos saber qué significa una palabra o una frase? Fácil: abrimos Google Translate, seleccionamos los idiomas en el conjunto superior de herramientas (por defecto utilizará el idioma del teléfono como base y el inglés como objetivo), escribimos con el teclado lo que no entendemos y la app nos mostrará en tiempo real su significado. ¿Podría ser más fácil? Desde luego, no.
Google Translate permite un uso básico: teclea y traduce. Aunque va mucho más allá
Cada traducción se irá guardando como tarjeta, por lo que podremos volver a su edición pulsando sobre ellas. Incluso nos permite copiar el texto traducido para pegarlo en cualquier otra aplicación o escuchar cómo se pronuncia la traducción en el idioma original. Compartir, poner la traducción en pantalla completa, o seleccionar una conversación donde se variará el origen del texto y la propia traducción, todo accesible desde el menú de las tarjetas. Incluso podremos iniciar una conversación a partir de lo traducido, permitiendo comunicarnos casi en cualquier idioma. Con sus problemas y errores de traducción, aunque habiéndose mejorado notablemente el motor que mueve a Google Translate.
Yendo más allá: traducción con realidad aumentada, voz…
Una de las últimas funciones añadidas al traductor de Google ha sido la traducción de textos mediante realidad aumentada. Así, y una vez abierta Google Translate, basta con que pulsemos en el icono de la foto para después apuntar a cualquier texto: automáticamente se traducirá solapándose con el original. Y también podréis importar una foto ya hecha para así saber qué es lo que decía un texto concreto en otro idioma.
La traducción mediante realidad aumentada resulta espectacular a la vista, funcionando razonablemente bien tanto en efectividad como en calidad de traducción. Aunque siempre sobre textos, disponiendo también del reconocimiento de voz para solventar la papeleta. Así, basta con pulsar sobre el icono del micro para que nuestro Android reconozca la voz y pase a traducir lo que se le diga, pudiendo establecer una conversación mientras nos apoyamos en Google Translate. ¿Que habla nuestro interlocutor? Pulsamos sobre el botón de su idioma. ¿Que queremos decirle algo concreto? Apretamos sobre el botón contrario y hablamos, traduciéndose en pantalla mientras el sistema utiliza su propia voz para reproducir lo traducido. ¿Quién necesita un intérprete?
Además de facilitar la traducción, Google Translate es muy divertido a la hora de usarse: la realidad aumentada es una gozada
Más allá de las herramientas de texto y de voz, que son las más prácticas a la hora de viajar, también disponemos de una herramienta de escritura a mano alzada. Ya os lo podéis imaginar: trazamos el texto y Google Translate identificará los trazos y los traducirá, poniendo dichas traducciones en pantalla.
Imprescindible en viajes: traducción offline
Tener la opción de traducir idiomas es algo más que habitual en el ordenador, y siempre necesitaremos una conexión para conseguirlo. Aunque ¿qué ocurre cuando nos vamos al extranjero? Evidentemente, allí perderemos los datos, por lo que necesitaremos una manera de entendernos de manera offline. Algo que posee de serie Google Translate, incluyendo la opción de descargar idiomas a la memoria de nuestro teléfono o tablet.
Basta con que acudamos a los ajustes de la aplicación (los tres puntos superiores) y elijamos «Gestionar idiomas sin conexión«. Vemos que por defecto tendremos el inglés, pudiendo descargar el resto de los idiomas (evidentemente, necesitaréis memoria para eso: como ejemplo, diremos que el alemán pesa 271 MB). Y dichos idiomas descargados funcionan de manera offline en toda la aplicación, pudiendo traducir textos en tiempo real o realizar conversaciones con otra persona en diferentes idiomas. ¡Toda una navaja suiza para los más viajeros!
El traductor de Google es una excelente aplicación que merece estar en cada teléfono móvil. Porque nunca se sabe cuando la vamos a necesitar, resultando mucho más práctica que acudir a la web y teclear el texto a traducir. ¿Ya la utilizáis? Seguro: para los viajes resulta maravillosa. ¿Tenéis alguna experiencia con ella que valga la pena resaltar? La estamos esperando: ¡comentadla!
