Primer contacto con el Samsung Galaxy S3

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Antes de hacer el pertinente análisis a fondo al Samsung Galaxy S3, tanto a nivel general de todo el teléfono como entrando a valorar cada porción de software que incorpora, hemos querido realizar unas valoraciones previas con sólo unas horas de uso y sobeteo, dando las impresiones que transmite este gigantesco móvil (en todos los sentidos) a un usuario experimentado. Y estas sensaciones son casi todas buenas, eso es cierto, aunque haya aspectos negativos que empañen ligeramente la experiencia.

Nada más abrir la caja del Samsung Galaxy S3, uno ya aprecia que sus dimensiones son sólo aptas para aquellos que prefieran una gran pantalla y tengan unas manos relativamente grandes, sobre todo si habitualmente usan el móvil con una mano. Viniendo de un Samsung Galaxy S2 como teléfono habitual, sigue pareciendo bastante grande, no llegando con el pulgar a las zonas más externas de la pantalla si lo usamos mientras lo sostenemos. Aun así, el diseño facilita el agarre, con unos bordes redondeados bastante cómodos y un perfil completamente recto a pesar de que el lateral en gris dé cierta sensación de ser curvado.

El conector USB sigue en la parte central inferior, lo que acaba molestando en el meñique si se usa con una sola mano. Incluso llega a hacer algo de daño. El resto de botones se sitúan de idéntica forma que en el Samsung Galaxy S2, con el botón de Home alargado y estrecho en comparación y con un punto diferente que nos gusta: sobresale ligeramente de la superficie del frontal, lo que hace más sencilla y cómoda su pulsación. Y otro de los aspectos externos que nos gustan es el LED de notificaciones, algo que Samsung ha obviado en sus terminales y que resulta tremendamente práctico.

Una vez arrancado, la potencia del Samsung Galaxy S3 se hace notar, fluyendo todo de una forma extremadamente suave, facilitado por la excelente sensibilidad al tacto de la pantalla. Eso sí: se calienta bastante más de lo que desearíamos, aunque aún es pronto para determinar si es algo habitual o sólo está debido al estrés de los primeros días de uso.

Otro de los aspectos acertados en el Samsung Galaxy S3 es el uso de los gestos, llevados hasta el extremo en este terminal y que, francamente, funcionan muy bien. Uso del giroscopio para moverse por las fotos ampliadas, arrancar la cámara desde la pantalla de bloqueo con inclinar el teléfono, pausar la música poniendo la palma de la mano en la pantalla o, algo bastante complicado de realizar, hacer una captura con una imposición lateral de mano. Y algo más notable que los gestos: los controles de voz. Gran parte de las aplicaciones incluidas se pueden usar diciendo en voz alta las palabras que las activan, siendo tan práctico como sacar fotos a distancia con sólo decir «patata».

Poco más podemos destacar que no anticipe los futuros análisis, aunque hemos de decir que el Samsung Galaxy S3 no defrauda una vez se tiene en las manos. Su construcción se nos antoja demasiado blanda, eso es cierto, y el plástico da cierta sensación de inseguridad. Pero el hardware integrado es sobresaliente, empezando por su pantalla de resolución 1280×720 que se ve clara y con detalle hasta a la comunicación inalámbrica por NFC incluida, algo que debe de marca el futuro inmediato en pagos y maneras de compartir datos con los móviles. ¿Merece la pena si ya se tiene un móvil de gama alta como el Samsung Galaxy S2? Pues seguramente no. Pero, sin duda, este nuevo terminal de Samsung dispone de las suficientes prestaciones como para mantenerse arriba del podio en Android durante bastante tiempo. Y eso es algo que se agradece en un mundo tan acelerado como lo es el de los móviles.

Actualización:

Ya hemos publicado la extensa review del Samsung Galaxy S3 a fondo con vídeo HD de 20 minutos.

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