He de confesar que soy bastante aficionado a las aplicaciones Android de buscar pareja. No a aquellas que directamente encuentran candidatos a base de entrecruzar perfiles, sino a las más ingeniosas con las que has de interactuar directamente dejando cierta responsabilidad al azar. No creáis que voy buscando pareja, que ya tengo (si estás leyendo esto, te juro que es por trabajo), sino que me da la impresión de que la tecnología ha allanado en gran medida el terreno a los que somos tímidos por naturaleza. Por ejemplo, en Facebook tenemos multitud de oportunidades entre los amores de juventud (no digáis que no, que seguro que habréis buceado en sus perfiles); también existen un buen montón de apps interesantes para ligar; y no dejan de surgir nuevos servicios que pretenden romper todavía más las barreras sociales que nos auto imponemos sólo por darnos vergüenza el «qué dirán». Y una de esas apps es Happn.
No, Happn tiene de nuevo lo mismo que un pan de kilo, pero me ha parecido interesante contar su funcionamiento y su mecánica porque la idea me parece genial: saber con qué otras personas utilizando Happn nos cruzamos y, si resultan de nuestro interés, poder enviarles un corazón y saludarles si ambas partes han congeniado a primera vista. Es un paso más allá de la propuesta de Tinder; centrándose en exclusiva a las personas que deberían sernos cercanas.
Iniciarse en Happn es lo más sencillo del mundo: descargamos la aplicación y, cuando la iniciemos por primera vez, nos pedirá registrarnos con nuestra cuenta de Facebook. No os preocupéis: en Happn no os encontraréis con vuestros amigos de la red social ni ellos os encontrarán a vosotros (en teoría), por lo que resulta bastante más anónima que otras propuestas similares. Al menos tan anónima como pueda serlo el hecho de lanzar la caña poniendo como cebo nuestro perfil.
Una vez hayamos activada la aplicación, Happn se encargará de ir rastreando los lugares por los que deambulemos mostrándonos una lista de aquellas personas que también tenían su Happn activo y con las que nos cruzamos. No existe un algoritmo de emparejamiento más allá del azar (aparte de los selectores de gustos y edad que podremos ajustar desde el perfil), por lo que sólo veremos (de nuevo en teoría) a quienes han pasado por nuestro lado. La precisión no debe de ser la mejor ya que apenas gasta en posicionamiento, ofreciendo siempre una ubicación aproximada, el momento del «cruzamiento» y las veces que el cruce se ha producido a lo largo del tiempo. ¿Que os gusta alguien? Le podéis dar al corazón. Y si la atracción es mutua, podréis pasar al chat donde ya habrá espacio para el coqueteo. O lo que surja.
Happn es una aplicación gratuita que penaliza al lado masculino. Igual que ocurre con otras apps similares (quizá la de Adopta un tío sea la más aproximada), seremos los hombres quienes tengamos limitados el servicio, disponiendo de 10 saludos gratuitos (totales, no se recargan) con la opción de adquirir más vía micropagos. Si sois hombres y realmente deseáis encontrar pareja, quizá Happn no sea la mejor alternativa. Pero es indudable que proporciona una experiencia lúdica a ambos géneros teniendo cierta esencia «voyeur» y, sobre todo, grandes dosis de curiosidad. Personalmente, la encuentro muy interesante: el hecho de tener acceso a aquellas personas con las que me he podido tropezar despierta la imaginación.
Si aún no habéis probado Happn y deseáis darle una oportunidad, la tenéis justo en el siguiente enlace. Ya sabéis: descarga gratuita, libre para las mujeres y micropagos para los hombres más allá de los 10 saludos incluidos.
Sí sois hombres y realmente deseáis encontrar pareja pagad porque en cuanto caigáis en sus redes os manejaran como a un títere sin cabeza Hahahaha