Si las modas dentro de la ropa acaban moviendo nuestra manera de vestir, no hay duda de que las modas dentro de la tecnología acaban por alterar nuestros comportamientos sociales. Y es algo que vemos continuamente: compartimos todo lo que ocurre a nuestro alrededor en forma de texto, subimos imágenes de lo que comemos, existen personas que trasladan su intimidad a todos los usuarios que las siguen… Vamos, que la línea que separa el ámbito público del privado se ha difuminado tanto que casi ha dejado de existir, suponiendo una pérdida de intimidad que casi todos tenemos bien asumida. ¿Y cuál es la última moda dentro de este ámbito? Compartir lo que estamos haciendo en el momento mediante streaming de vídeo, estando en boga gracias a diversas apps que han ascendido como la espuma en la escala de popularidad.
Periscope, Meerkat o, incluso, Snapchat: todas tienen en común su habilidad para compartir lo cotidiano permitiendo que cualquiera pueda vernos igual que si sintonizase un canal de televisión. Quizá pensemos que esta función de streaming es algo relativamente actual, pero nada más lejos de la realidad: ya hace bastante tiempo que se encuentra entre nuestros dispositivos móviles. Hangouts en combinación con YouTube, por ejemplo: emitir contenido en tiempo real desde nuestro teléfono a través de nuestra cuenta del servicio de vídeos más famoso del mundo; o Qik que, antes de que la absorbiera Skype (sigue ofreciendo el mismo servicio igualmente), permitía compartir en vivo todo lo que tuviéramos por delante de nuestra cámara móvil. Entonces, ¿qué es lo que hace ahora tan popular al streaming?
Si bien Periscope aún no ha llegado a Android, donde se le espera más pronto que tarde (ya está disponible), sí que tenemos a un nuevo gran exponente del streaming de vídeo: Meerkat. Recién aparecido por la Google Play Store en forma de beta, Meerkat promete lo mismo que su contrincante Periscope: retransmitir lo que estemos haciendo o viendo en el momento compartiéndolo en forma de enlace a todos nuestros usuarios de Twitter (ahora también en Facebook). Una de las diferencias de esta app es que no permite acceder a emisiones anteriores, sólo a aquellas que se estén retransmitiendo en vivo; algo parecido a Periscope, pero en menor medida: esta app posee un historial de 24 horas al que sí que podremos acceder y visualizar. Ahora bien: ¿qué uso se le da a estas aplicaciones?
Quitando del medio el tema más escabroso y que más sensacionalismo está copando, que es el de las emisiones con contenido sexual (algo a lo que se arriesgan todas las apps de streaming públicas), lo cierto es que resulta extraño ese afán por compartir también nuestra monotonía. ¿Realmente interesa? ¿Merece la pena perder la privacidad sólo por ganar followers o, en cierta manera, llegar con nuestra vida a los usuarios más o menos anónimos? Desde mi punto de vista no, pero entiendo que puedan existir opiniones disconformes. Y eso que aparezco en gran cantidad de vídeos, suelo tuitear sobre aspectos de mi vida privada e, incluso, comparto fotografías de mi ámbito íntimo. Aunque siempre manteniendo ciertos límites, siendo aquí donde reside el principal problema: ¿dónde están dichos límites?
Tras ver qué se suele compartir por Periscope, después de haber rastreado Meerkat descargándola a a mi dispositivo y tras haber estado durante años viendo el panorama de las aplicaciones de vídeo, no acabo de entender la popularidad que han alcanzado recientemente estas apps. Ignoro el interés que existe en adentrarse dentro de una vida anónima a base de observar lo se que esté haciendo en el momento, no encontrando el paralelismo entre el morbo de ver a alguien conocido y contemplar a alguien que sólo nos resulta cercano por ser un follower. ¿Que realiza actividades interesantes? Pues quizá sí. Pero, para ver sus horas de alimentación, cómo habla delante de su móvil para comentar lo que ha hecho al cabo del día o para conocer más en profundidad a alguien que prefiero tener del otro lado de la pantalla… mejor mantener esos aspectos en la imaginación. O más lejos.
Los límites en la privacidad han de existir porque todos necesitamos sentirnos seguros en un espacio concreto de nuestra vida. En casa, dentro de nuestra monotonía, realizando aquellas actividades que nos reconfortan mientras nos acompañan la familia y/o amistades… No seré yo quien critique a quienes emiten por Periscope o Meerkat, pero sí que me gustaría despertar la duda en aquellos que utilizan estas aplicaciones de streaming para transmitir todo cuanto hacen. Haceos la pregunta: ¿merece la pena perder algo valioso de vosotros mismos sólo por el afán de daros a conocer? ¿Os genera la suficiente auto estima como para reportar un beneficio?
Y como no podía terminar un artículo de opinión sin poner el enlace de las aplicaciones en discordia… aquí va el de Meerkat para Android. Y, también, el de Periscope para Android.
