Como siempre decimos, y solemos constatar en primera persona, los juegos sencillos son los que más enganchan. Dejaos de PS4 con gráficos a lo Uncharted 4 y echadle mano a una web tan «simple» como lo es Agar.io: se os pueden ir las horas con tanta rapidez que no entenderéis cómo os ha atrapado tanto. Y es que algo tiene ese estilo de juego a lo Osmos que engancha, habiendo conseguido un modo MMO para un multijugador mundial que revienta los contadores de visitas. ¿No habéis jugado nunca? Os recomendamos que visitéis la web y le deis una oportunidad. ¿Sois fans del juego y os gustaría pegarle también en el móvil? Podéis descargar su juego oficial: bastante más cómodo y rápido que jugar desde el navegador del teléfono o tablet.
Agar.io es un juego de «combate» en tiempo real que se traslada al interior del microscopio para ponernos a los mandos de una bacteria, debiendo fagocitar a cuanta bacteria enemiga se nos cruce por delante teniendo en cuenta que debemos ser mayores en masa (tamaño) que los enemigos. Para conseguir mayor tamaño tendremos a nuestra disposición multitud de unidades de masa desperdigadas por el tablero (una placa de Petri con un cultivo de agar agar, de ahí el nombre del juego), pudiéndonos desplazarnos a cualquier parte poniendo el dedo sobre la pantalla y disponiendo de dos botones: el de la mitosis o partirnos por la mitad y el de lanzar masa. Con estas sencillas acciones podremos crear estrategias de supervivencia, acabando la partida cuando, obviamente, otra bacteria nos fagocita. O cuando un jugador nos absorbe, vaya.
Ya veis que Agar.io es sencillo a más no poder, aunque sí que tiene cierta dificultad conseguir la habilidad suficiente como para sobrevivir durante varios minutos. Porque hay una grandísima cantidad de jugadores conectados a cada momento, entrando en la competición mundial según nos conectamos a cada partida. Así, Agar.io es un MMO deathmatch de corte simple pero tremendamente adictivo, limitándose los gráficos a unas bolas de colores y el tablero a un fondo cuadriculado. Pero no lo menospreciéis si aún no habéis tenido el placer de jugarlo: os va a encantar.
La adaptación para Android de Agar.io es más que decente, trasladándose la esencia de la web a la pantalla táctil sin mayores complicaciones. Aun así, el tener los dedos por delante de la pantalla molesta la vista de nuestro alrededor, permitiendo que más de una vez nos despistemos. Los botones de dividirse y de lanzar masa se pueden colocar en tres posiciones diferentes, algo que resulta muy positivo. Pero, por contra, se pierden muchas funciones con el paso de la web a Android: no podremos hacer login con nuestra cuenta de Agar.io, por lo que no acumularemos la experiencia; el aspecto visual está reducido al mínimo por defecto; no veremos tampoco nuestra cantidad de masa; y no podremos seleccionar ni la localización ni aplicar skins, entre otras cosas. Más allá de ahí, y teniendo en cuenta que este juego Android está orientado a ejecutarse en la mayor cantidad de dispositivos posibles, la experiencia de juego es muy buena.
Ya os avisamos: Agar.io es más adictivo que un bol de palomitas. Así que, si estimáis vuestro tiempo, andad con ojo antes de bajarlo. Y si queréis pasarlo en grande mientras os picáis con el resto del mundo, la batalla bacteriana está al alcance de una descarga. Gratis, con compras in app y con publicidad entre partidas. O podéis jugar en la web…
