Relato: Ajustando cuentas por Whatsapp

3

Volvemos a la carga con nuestra sección de relatos sobre móviles tratando de que se convierta en una tradición dominguera, amenizando con una pequeña lectura el aperitivo, la merienda o el desayuno si os habéis levantado tarde y con resaca. ¿Os acordáis del relato de ficción móvil de la semana pasada? En él se retrataba a cuatro amigos compitiendo por la supremacía de sus smartphones, con un desenlace imprevisible. Pues el de hoy varía completamente de trama, situándonos ante la típica conversación de Whatsapp que nos salta de improviso sin que sepamos de dónde viene. ¿A que os ha pasado más de una vez? Por supuesto que sí, seguro que, en parte, os sentís identificados con alguno de los protagonistas. Pero, ¿con cuál de los dos?

Ajustando cuentas por Whatsapp

¡Hola!
Mira, ya tengo Whatsapp…
Me ha costado, pero por fin me compré un móvil decente.

Perdona, ¿quién eres?

Como que quién soy, ¿no me tienes en tu agenda?

Va a ser que no.
Si te tuviera no lo preguntaría.

644 12 56 está escribiendo…

Qué raro, antes tenías mi número.
Por eso también lo tengo yo…

No te andes con rodeos. ¿Quién eres?

Soy Pepe.

¿Qué Pepe?

Pepe Carmona, tu amigo de toda la vida.
Juan, fuimos juntos al colegio.

Juan está escribiendo…

Así que Pepe…

Menos mal, pensé que ya no te acordabas de mí.

Como para no acordarse.
Después del tiempo que hace que no nos vemos…
Espera que te añado a la agenda.

Genial.
Sí que tardas en incluir el número…
¿Te pillo en mal momento?

Juan está escribiendo…

Cada vez que apareces tú el momento ya es malo.

Tiene narices que me mandes un Whatsapp después de lo que me hiciste.
¿Qué? ¿Ya no te acuerdas?
Siempre has tenido poca memoria, pero sólo para lo que te interesa.
Y tardas en responder, tanto como en dar la cara.

Pepe el cabrón está escribiendo…

No te enfades conmigo…
¿Es por lo que te debo?

600 euros, ¿recuerdas?

¿Tanto? No.

¿Cómo que no?
600 euros que te dejé porque, según tú, no tenías ni para comer.
Sin que volviera a saber de ti.

Y era verdad.

¿Sí?

En serio, Juan…

Y cómo es que ahora tienes un smartphone?
Y con Whatsapp.

Tampoco hace falta tanto dinero para comprar uno.
Te los regalan.
Y ahora tengo un negocio que empieza a ir bastante bien.

¿Negocio?

Sí, monté un pequeño bar.
Saqué algo de dinero pidiendo dinero a la familia y a algunos amigos.

Amigos…

Sí, claro.

Como yo.
Te di los 600 euros por necesidad, pero ya veo que era falsa.
Como siempre, lo tuyo es el engaño para salirte con la suya.

Juan, nuestra amistad es más importante que el dinero.
No te enfades…

Si no me enfado.
Al contrario, estoy muy alegre.
Por fin voy a recuperar mis 600 euros, ¿verdad?

Pues…

¿¡Verdad!?

3 comentarios

  1. Jejeje, muy bueno!! Me encanta esta idea de los relatos cortos. Ameniza y creo que todos podemos sentirnos un poquito identificados… !!

  2. Soy pepe y tengo tus 600 euros, bueno ya no, me los acabo de gastar en una comilona, pero hemos brindado a tu salud eh, porque Juan la amistad es lo importante jaja

Dejar respuesta